domingo, 30 de abril de 2017

Como afecta a la salud vivir y dormir sobre una corriente de agua

Sufres insomnio? ¿te duele la cabeza sin causa aparente?, ¿tienes la sensación de estar siempre cansado o apático? Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas puede que estés sufriendo una geopatía. Sí, has leído bien, aunque quizás es la primera vez que te encuentras con esta palabra. «Una geopatía es un problema de salud ocasionado por la exposición continuada a ondas naturales y/o artificiales», explica a ABC Pere León, arquitecto y geobiólogo, especializado en análisis ambiental y bioconstrucción.
En su libro, «La buena onda» (Ed. Grijalbo), este arquitecto catalán advierte sobre cómo afectan a nuestra salud los diferentes tipos de ondas a los que estamos sometidos, ya sean naturales (corrientes de agua, fallas, ondas magnéticas) o artificiales (torres de alta tensión, routers-wifi, móviles, inalámbricos, antenas de telefonía, etc).
Aunque a menudo pensamos que estas últimas son las más perjudiciales, (todos hemos escuchado alguna vez recomendaciones del tipo: apaga el wifi antes de irte a la cama, no te pongas frente al microondas cuando esté en funcionamiento, sepárate el móvil de la oreja, etc...) León revela en su libro que las radiaciones naturales son «las que más afectan a la salud de las personas». «Dormir encima de una corriente de agua es mucho peor que tener cerca una torre de alta tensión», asegura. La consecuencia más habitual, señala, son los problemas para conciliar el sueño, lo que puede acabar afectando a nuestro sistema inmunológico y hacernos más susceptibles a enfermar.
A este problema no está solo expuesto aquel que vive en un chalet o una casa baja porque, según apunta este experto, las radiaciones ionizantes que emite el agua en movimiento al hacer fricción con el subsuelo «pueden alcanzar los 2000 metros de altura».
Confiesa que, antes de adentrarse en este campo, al que llegó empujado por una experiencia personal, era un gran escéptico. Se construyó la casa de sus sueños y casi se convierte en su peor pesadilla. Su esposa y sus hijos no habían conseguido dormir una noche entera desde que se habían mudado al nuevo hogar. Fue un geobiólogo, recomendado por su suegra, el que dio con el origen del problema. Estaban durmiendo sobre una corriente de agua. ¿La solución? Cambiar la cama de sitio. Aunque, en un primer momento, esta explicación y la recomendación del zahorí no entraron en su cuadriculada mente de arquitecto, no pudo más que probar y comprobar en sus carnes cómo, tras los cambios, su familia volvía a dormir a pierna suelta. Desde entonces, la geobiología forma parte de su vida personal y profesional.
Durante los años que lleva ejerciendo como asesor ambiental ha encontrado todo tipo de casos y de casas, y en algunos ha tenido que recomendar a los propietarios que buscaran otro hogar.


abc.es/sociedad/20130519/abci-como-afectan-ondas-salud-201305161546.html

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