viernes, 22 de febrero de 2019

Enseñando a sumar a las abejas

Un grupo de investigadores  se dedicó a la tarea de investigar la neurociencia, seleccionando a las abejas para el estudio.
Pese a que estos insectos poseen un cerebro con menos de un millón de neuronas...

Enseñando a sumar a las abejas

Para aprender a resolver las operaciones matemáticas más básicas, como son la suma y resta, los humanos necesitamos la memoria a corto y largo plazo.
Aquí también juegan un importante rol los símbolos, donde se entiende que el símbolo + implica la suma de dos o más cantidades y el símbolo – implica sustracción.
En el caso de las abejas, se utilizó un método sencillo, de cuatro a siete horas, para enseñarles a sumar y restar. Este sistema fue reforzado con recompensas y castigos.
Por cada operación acertada, las abejas recibían una recompensa de agua azucarada, y por cada respuesta incorrecta la abeja en cuestión recibiría una solución amarga.
Las abejas del estudio se entrenaron de manera individual, en un laberinto en forma de Y. Una vez que el insecto estuviese dentro del laberinto, veía un grupo de uno a cinco elementos de formas geométricas con diferentes colores. Específicamente, los investigadores usaron el color azul para sumar un elemento y el color amarillo para restarlo.
El segundo paso era hacer que la abeja volara a la cámara de decisiones, para elegir una de las dos alternativas del laberinto. En un extremo había un elemento más del visto en la entrada y en el otro lado había uno menos.
Para cada ronda de entrenamiento se eligió un tipo de operación matemática con la cual los investigadores iban a trabajar junto a las abejas.
El insecto debía seleccionar el extremo hacia el cual iba a volar, de acuerdo al número de elementos vistos en la entrada. Las posiciones de respuesta correcta se cambiaban de extremo, de manera que las abejas no pudieran asociar un tipo de respuesta a ningún extremo en específico.
Los resultados del experimento
Después de cien pruebas, las abejas comenzaron a utilizar mejor su memoria a corto plazo, lo que les permitió acertar con las respuestas entre el 64% y el 72% de las veces.
Esto demuestra que las abejas también emplearon operadores aritméticos para resolver las operaciones. A su vez, estos insectos son capaces de combinar el aprendizaje simbólico simple con el aritmético, lo que demuestra sí pueden resolver operaciones simples.
Otro descubrimiento que se obtuvo a partir de este experimento es que los cerebros pequeños pueden llegar a incorporar interacciones entre la memoria a corto y largo plazo.
Este es un importante hallazgo en cuanto a la reducción de los tiempos de aprendizaje en la inteligencia artificial.


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